miércoles, 27 de junio de 2012

EXPRESION DE PERDON

Una expresión máxima del perdón
Karoli es hutu (una de las muchas etnias que pueblan África). En uno de los conflictos que han ensangrentado su país, su familia fue aniquilada por miembros de la etnia rival, los tutsis. Perdió a su esposa, a sus hijos, a sus padres y a sus hermanos, todos asesinados. Él se salvó porque aquel día estaba lejos de su colina y pudo permanecer algunas semanas escondido en el almacén de la misión.

Años después volvió a casarse y tuvo un hijo. El día del bautizo del niño, Karoli escogió como padrino de su hijo a su amigo Sinzinkayo, catequista como él, pero no de su etnia, sino tutsi. Un hecho inaudito en aquellos tiempos de hostilidad. Entraron en la iglesia cogidos por el hombro. Los dos habían sufrido, los dos tenían muertos que llorar a causa de los enfrentamientos, pero los dos habían permanecido fieles al Evangelio y, con aquel gesto, decían ante todos que era posible el perdón y la reconciliación. Creo que fue una de las mejores catequesis que se dieron en aquella misión: con sus vidas, con ese gesto, enseñaron que, por encima de odios, estaba un único Padre que hace de todos los seres humanos una familia de hermanos.

Cuando recuerdo aquel hecho, no puedo dejar de sentir la admiración que se tiene delante de un milagro. En ellos veo encarnada la frase de San Pablo: “Dios nos reconcilia con Él en Jesucristo y hace de nosotros ministros de la reconciliación”. Ahora, cada vez que tengo que hablar de reconciliación, recuerdo con agradecimiento aquel hecho, la lección silenciosa que nos dieron aquellos dos catequistas.

Una vez tuve la oportunidad de comentar con ellos este magnifico ejemplo de reconciliación que habían dado. Su respuesta fue sencilla como el agua, pero con la profundidad de Dios mismo: “Los sacerdotes habéis sembrado la Palabra de Dios en nuestros corazones, nos habéis reunido en una familia nueva, nos habéis enseñado el perdón de Dios y lo habéis derramado en nuestros corazones. Vivimos de lo que nos habéis dado. La fuerza del perdón nos viene del perdón de Dios que nos habéis transmitido”. Siendo así, ¿puede haber vocación más bella que la de ser ministro de la reconciliación?

Ahora, tantos años después, me toca participar en la formación de los jóvenes seminaristas de esta Iglesia local. Les digo que están llamados a ser constructores de la familia de los hijos de Dios, que supera razas y colores, que nos hace hermanos los unos de los otros. El sacerdote, con su ministerio, hace nacer la comunidad, la alimenta con la Palabra de Dios, la refuerza con los sacramentos, hace caer barreras y prejuicios, hace que todos nos sintamos hermanos al anunciarnos que Dios es nuestro único Padre.

En el seminario, ellos mismos hacen experiencia de esta realidad. Provienen de etnias diferentes, con culturas diferentes, lenguas diferentes, modos de pensar y reaccionar diferentes…; sin embargo, viven la fraternidad, crece en ellos la amistad, son capaces de sacrificarse por el otro que es distinto. Este será su ministerio, su servicio a la Iglesia y a su propio país. En el seminario aprenden que en Dios lo imposible se convierte en posible y en fuente de gozo. Al final de su formación, así lo esperamos, serán servidores de la comunidad, constructores de fraternidad y, en esta África de barreras, serán ministros de la reconciliación.

Testimonio de Salvador Romano
Misionero Javeriano en Chad

TESTIMONIO DE UN MISIONERO


Testimonio de Carlo Bruzaferro Monti

Dejar mi familia y país y venirme dos años de misión fue una decisión que tuve hace un año exactamente. Aquí estoy, en México, y justo en el medio de esa mi grande misión, surgió la Megamisión.

Ya había participado en otras misiones chicas, mas esta sí me permitió hacer un balance de cómo anda todo. Fue como un resumen de todo. Dividiré la misión de dos maneras:

1. El shock con la realidad del mundo.
2. El encuentro con Dios.

El shock con la realidad

Primero porque salimos de una colonia rica de Monterrey y llegamos a un pueblo bien pobre de Hidalgo: Atotonilco. Lo que más me llamó la atención fue como los muchachos que fueron con nosotros no tenían ni idea de lo que era la pobreza. Incluso ya se me había olvidado de muchas cosas que ya no veía hace mucho tiempo.

¡No conocer estas realidades explica cómo muchas personas no hacen nada por los demás! No saber lo que pasa es la razón por la cual muchas personas están bien acomodadas en sus sillones.

Pero me pregunté si realmente las personas no saben lo que pasa en esos pueblos. ¿Será que viven en burbujas tan cerradas que jamás verán una imagen de un niño muriendo de hambre en la televisión? O, será que la televisión es algo tan artificial que todo parece mentira? O, ¿será que ven tantas escenas de este tipo que ya se anestesiaron?

Hay muchos Santo Tomás que necesitan tocar en las llagas de Cristo para creer. Muchas personas que no les basta las imágenes en la tele, tienen que ir hasta allá para vivir y darse cuenta de cómo es la vida real de nuestro planeta. Quieren comprobar lo que ven en la televisión.

Muchos de esos muchachos realmente se transformaron después de tocar las llagas, de comer tortillas con nopal todos los días, de dormir en el piso, de no bañarse por no tener agua, de convivir con los problemas insolucionables de la gente, familias abandonadas por los papás, enfermedades muy graves y caras de curar, abortos inocentes, alcoholismo crónico, etc. En fin, se transformaron después de vivir como el 90% de la gente que vive en el mundo.

Ojalá realmente todos al menos crean después de haber tocado las llagas de Cristo, pues todavía hay mucha gente en el mundo que aún después de tocarlas, siguen como antes.

El encuentro con Dios

Digo que muchos por primera vez se encontraron con Dios, porque se dieron cuenta de los dones que Dios les había regalado: inteligencia, alimentación, confort, los mejores médicos y hospitales, autoomóvil, computadora, trabajo, salud, amigos sanos, familia y la Fe Católica! Se dieron cuenta que deberían compartir eso todo con los demás, que deberían dejar algunas cosas para ayudar a los otros. ¡Vieron que la felicidad está en dar! La gente de allá no tenía nada y aún así nos ofrecían sus casas para doce hombres con comida y todo. Sacaron sus niños de los cuartos para hospedarnos a nosotros. ¡Son personas sencillas pero que tienen postgrado, maestría y doctorado en generosidad!

-¡Enseñamos la sabiduría de esta gente! ¿Qué saben ellos? ¿Por qué no tienen nada y son felices? ¿Por qué son tan generosos si no tienen nada? ¿Por qué? ¡Queremos platicar contigo Señor!

A muchos de los que íbamos de misiones ya se nos había olvidado cómo rezar, más teníamos muchas ganas de hacerlo. Queríamos ponernos de acuerdo con Dios, agradecerle, pedir perdón por el tiempo perdido, pedirle ayuda para saber lo que platicar con la gente, queríamos comprender el por qué de tanta generosidad en un mundo tan maltratado, queríamos aprender a amar.

- ¿Amor? ¿Qué es eso?
- Una novedad que nos acaba de platicar un hombre, ¿cómo se llama?... ¡Ah, Jesús de Nazareth!

Muchas personas por  primera vez tuvieron que depositar toda su confianza en Dios, pues allá su dinero, títulos, contactos sociales, amigos y parientes no ayudaban en nada. Sí, esa misión fue más útil para los misioneros que para el pueblo.

Concluimos que Nuestra misión fue, no en uno, y sí en dos pueblitos abandonados: Uno se llamaba Atotonilco y el otro... nuestros propios corazones.

Descubrimos que nuestros corazones son a veces más desiertos, más secos, más pobres de lo que imaginamos. Descubrimos que todo lo que tenemos por fuera no llena, al revés, puede estancar nuestro corazones. Sólo Dios tiene el poder de inundarnos con la satisfacción, la felicidad y el Amor. Él es el único que nos puede enseñar a ser como esa gente: desapegados, sencillos, alegres, verdaderamente generosos y felices. Él es el único camino, ¡Maestro de Amor!

Cristo , ¡haz nuestro corazón semejante al tuyo!

Sentimos esa importancia una tarde cuando nos encontramos en una capilla en el medio del desierto, después de haber andado todo el día citando a la gente, después de hacerlos andar horas para venir a Misa y de estar esperando dos horas al sol al Padre que no llegaba. Todos nos quedamos sin saber qué decir o hacer, por lo que decidimos rezar el Rosario con las personas.

No podía creer que íbamos a dejar a todos sin la Misa después de tanto sacrificio. Pedimos fervorosamente que el Padre llegase, y en el 3° misterio del Rosario, cuando habíamos acabado de pedir por el padre, llegó él para hacer la Misa.

Miré a todos y percibí que no era el único maravillado con la intercesión de María, con el poder de la oración. Era como si Dios nos quisiera enseñar a pedir (Pedid y se os dará).

MILAGRO EUCARISTICO DE PEZILLA-LA-RIVIERE

Las Santas Hostias de Pézilla-la-Rivière


En Francia se había desencadenado un formidable temporal. Era el año 1793, el año de la Revolución Francesa, y un huracán de impiedad lo destruía y arrasaba todo. La religión y sus ministros eran perseguidos por todas partes y sin compasión, profanadas sacrílegamente las iglesias y proscrito el culto católico, y a los sacerdotes que querían escapar de una muerte segura e inevitable, no les quedaba otra solución que esconderse o emprender el camino del destierro.
A pesar de su celo por las almas confiadas a su pastoral solicitud, el reverendo Jaime Perone, párroco de Pézilla de la Rivière, población situada a unos cuantos kilómetros de Perpiñán, no tuvo otro recurso que dejar, como muchos otros, la parroquia, y esconderse, aunque lo hizo no muy lejos de sus ovejas, para estar al acecho y en espera de que amainase el temporal.
Llegó en efecto, un día en el cual parecía que la tempestad había cesado
y el bueno del sacerdote regresó enseguida a su parroquia y reanudó el ejercicio de su ministerio, como si nada hubiese ocurrido. El domingo siguiente a su regreso que fue el 15 de septiembre celebró la santa Misa delante de un gran concurso de pueblo, y fueron muchos los que se acercaron a recibir la Sagrada Comunión, y aun se hizo por el interior del templo la procesión llamada de la Minerva. Acabada ésta, el sacerdote guardó en el sagrario la Hostia grande de la custodia, juntamente con otras cuatro pequeñas que había reservado por si era necesario administrar el Viático a algún enfermo.
El celo por las almas de sus feligreses había convertido en excesivamente optimista al señor cura, el cual había tomado por señales de bonanza lo que no era más que un compás de espera en la persecución comenzada. Conocida, en efecto, por los revolucionarios de Pézilla y de sus contornos la intrépida osadía del reverendo Jaime Perone, acordaron hacer un escarmiento ejemplar en su persona.
Avisado de ello el señor cura, se marchó precipitadamente de la parroquia, sin acordarse de la Eucaristía, que dejaba en el sagrario de la iglesia. Fue al llegar a Sant Feliu d'Avall, a cuatro kilómetros de Pézilla, cuando se dio cuenta del lamentable olvido; pero ya era tarde. De la honda pena y sentimiento que le atormentaban fueron testimonio elocuentísimo estas palabras, que dijo ante un grupo de personas: ¡Ah! ¡Qué daría yo para poder volver a Pézilla y permanecer allí tan sólo un cuarto de hora!
Oyó estas palabras una feligresa de Pézilla, jovencita de quince años, llamada Rosa Llorens, la cual, conociendo, por el tono y el sentimiento con que fueron pronunciadas, que se trataba de algo muy grave, pensaba en cuál pudiera ser el motivo de una turbación y pena tales.
"No hay duda decía para sus adentros Rosa Llorens- que solamente alguna cosa santa, la Eucaristía tal vez, encerrada en el sagrario y expuesta a indignos sacrilegios y profanaciones, pueden producir un sentimiento tan grande y una tan profunda y cruel angustia".
Mas, ¿cómo salir de dudas? Los revolucionarios eran los dueños de Pézilla, la iglesia estaba cerrada y las llaves estaban en poder del alcalde, Marcos Estrada, y no era fácil que éste quisiera entregarlas a persona alguna, y menos a una beata.
    No le quedó, pues, otro recurso que esperar y encomendar a Dios aquel asunto.  El día 26 de diciembre de aquel mismo año de 1793 tuvo efecto la renovación del Ayuntamiento de Pézilla y dejó de ser Alcalde Marcos Estrada, que fue reemplazado en aquel cargo por Juan Bonafós, mejor dispuesto que su antecesor por las cosas de la religión y de la iglesia.
Rosa Llorens creyó que había llegado la hora de salir de dudas, y, con este objeto, fue a visitar al nuevo alcalde, y le pidió, con todo el interés, que tuviera a bien enterarse de si realmente las Hostias santas estaban o no en el sagrario de la iglesia.
Bonafós, a pesar de las ideas liberales y avanzadas de que hacía alarde, era privadamente un buen cristiano, y accedió fácilmente a los deseos de Rosa.
En el día y hora convenido, el alcalde y Rosa Llorens entraron con la mayor reserva y disimulo en la iglesia: abrieron el sagrario, y efectivamente, encontraron dentro, y en su ostensorio, la Hostia grande que había servido para la procesión del 15 de septiembre, y además, un copón con cuatro Hostias pequeñas, una de ellas partida en dos.

Rosa, con finísima perspicacia, había adivinado la causa de la angustia moral del buen señor Párroco Inmediatamente fue concertada la manera de salvar a aquel tesoro. El alcalde Bonafós quiso encargarse de guardar la Hostia grande con el ostensorio, porque decía: Yo también quiero mi parte de Dios. Rosa Lloréns envolvió respetuosamente las cuatro pequeñas Hostias en un purificador, y se las llevó a su casa.
El Santísimo Sacramento estaba ya al abrigo de toda profanación. Mas ¿de qué manera?
Muy contra la voluntad del alcalde y de la piadosa Rosa, aquellos divinos tesoros hubieron de permanecer escondidos. Dios nos libre de que los revolucionarios hubiesen tenido noticia de la existencia del Santísimo Sacramento en sus casas. La profanación hubiera sido inevitable y sus poseedores severísimamente castigados.
La Hostia grande con el ostensorio fue colocada dentro de un arca de madera, y así estuvo, en este humilde sagrario, desde el 7 de febrero de 1794 hasta el 9 de diciembre de 1800. En este tabernáculo, el Dios de la Eucaristía solamente podía recibir las visitas y las adoraciones de Juan Bonafós y de su cristiana esposa, que no dejaban pasar un solo día sin postrarse delante de aquella arca y sin ofrecer a su divino Huésped sus homenajes de amor y veneración. El mismo alcalde calmó también el ansia del señor párroco, que se había refugiado en Gerona (España), comunicándole que el Santísimo Sacramento estaba bien guardado y custodiado, fuera de todo peligro.


¿Y cuál fue la suerte de las cuatro pequeñas Hostias confiadas a la piedad de Rosa Llorens?
Cuando ésta llegó a su casa con tan rico presente habló con su madre de la mejor manera de guardar el divino Tesoro. Entre los varios utensilios que poseían, ninguno les pareció más digno y a propósito para guardar la divina Eucaristía que un frasco de cristal, y éste fue, durante la revolución, el tabernáculo y el palacio del Rey de los cielos y tierra. Más adelante, este frasco fue cubierto con una especie de conopeo de seda.
Faltaba, con todo, encontrar un lugar a propósito donde colocar ese copón improvisado, y a falta de un sagrario mejor, escogieron un armario abierto dentro de la pared, lo arreglaron y adornaron convenientemente y trasladaron a él el frasco con las cuatro Hostias y el purificador.
Vuestra habitación,     ¡oh Señor!, es sencilla y humildísima, pero no os faltarán las adoraciones de esta cristiana y piadosísima familia y las invisibles de los ángeles del cielo, que rodean vuestro tabernáculo, donde esté.
Para que el Dios Eucaristía no echase de menos, en la medida de lo posible el sagrario de la iglesia, aquellas buenas mujeres colgaron delante del armario una lamparilla que hiciese incesantemente compañía al Dios del Amor.

Por razones facilísimas de entender, fueron muy pocas las personas que tuvieron noticia de la existencia del Sacramento en casa de Juan Bonafós. No ocurrió lo mismo en la de Rosa Llorens, la cual, recomendando


la más impenetrable reserva, comunicó el secreto a algunas personas piadosas del pueblo y fueron éstas las que se constituyeron en guardias de honor del Santísimo Sacramento.
He aquí algunas de las estratagemas de que echaron mano para poder visitar al divino Prisionero de amor, sin llamar la atención de nadie. Al entrar las mujeres en casa de Rosa Llorens, le preguntaban si tenía un poco de fuego, una brizna de perejil o bien alguna otra cosa referente a la comida y los hombres preguntaban por cualquier herramienta de trabajo. Si la respuesta era afirmativa, era señal de que podían entrar a visitar a Nuestro Señor, sin ningún temor. Si la respuesta era negativa, era señal de que existía algún peligro, y entonces renunciaban a sus piadosos deseos.
Todos los años, el día de Jueves Santo, aquellas piadosas almas organizaban solemnes homenajes a su Dios Eucaristía. Con este objeto, arreglaban un altarcito con profusión de flores y de luces, y pasaban largos ratos en fervorosísima y devota adoración. Finalmente, con velas encendidas, todos los concursantes recorrían en devota procesión la pequeña sala donde se hospedaba el divino Sacramento.
A pesar de éstas y otras muchas precauciones, fue imposible evitar que se entreviera algo de lo que ocurría en aquella casa. Más de una vez, la familia Llorens estuvo a punto de que le hiciesen un registro domiciliario. Fue éste, en cierta ocasión, tan inminente, que, sorprendidos por la noticia, corrieron a esconder su divino Tesoro dentro de un saco de harina. En otras dos ocasiones, la familia Llorens se vio en el trance de tener que confiar la guarda del Sacramento a una virtuosísima viuda, llamada Ana Duchamp, la cual, una vez pasado el peligro, devolvió el sagrado depósito a los primeros guardadores.
Un día, uno de los revolucionarios de Pézilla, llamado Godail, intrigado por ciertos indicios, quiso averiguar el misterio en que vivía envuelta aquella, familia. Ya de noche, se encaramó al tejado de la casa Lloréns, y acercándose al orificio de la chimenea, que daba precisamente a la habitación donde se guardaban las sagradas Hostias, oyó perfectamente toda la conversación de la familia, la cual, como de costumbre, versaba sobre el inestimable Tesoro. Según todas las previsiones humanas, aquella familia estaba perdida. Pero Dios vela por los suyos, pues ocurrió que, habiendo encontrado Godail, pocos días después a Rosa Llorens, le dijo estas palabras: Sé con certeza que guardáis en vuestra casa las sagradas Hostias, pero os juro que no lo diré a nadie.
Finalmente, después de siete años de tempestad, el horizonte de la Iglesia de Francia se serenó y volvió a lucir un sol espléndido, el sol de la libertad religiosa. Las iglesias se abrieron nuevamente al culto, los sacerdotes volvieron del destierro, y la vida religiosa comenzó, otra vez, en las parroquias. Ocurría esto en 1800. El primer sacerdote que entró en Pézilla, después de la revolución, fue el reverendo Honorato Siuroles, vicario de la parroquia. Su primera diligencia fue hacerse cargo de las sagradas Hostias Con este fin, el 5 de diciembre del mencionado año 1800, se presentó en casa de la familia Llorens, para examinar las sagradas Especies y devolverlas al sagrario de la iglesia. Mas, ¡oh prodigio! al abrir el armario y quedar visibles las sagradas Hostias, vieron todos los presentes, con inefable estupefacción, que el frasco, antes sencillo y sin ningún adorno, estaba todo dorado, a manera de granitos de oro introducidos en el cristal.
¿No era este prodigio una demostración divina y sobrenatural del agradecimiento que el Dios del Sagrario sentía por aquella familia, que tan de buen grado y tan piadosamente le había acogido durante aquellos siete años de proscripción y de destierro del sagrario de la iglesia?
Porque el dorado del frasco es algo que no explica la ciencia. En diferentes ocasiones ha sido examinado por entendidos en la materia, y nunca se ha encontrado una explicación satisfactoria. Por otra parte, la ejecución de aquel dorado es tan perfecta, que los más hábiles doradores no se atreverían a hacer otra igual. El frasco así dorado, con las cuatro Hostias y el purificador, fue trasladado al sagrario de la iglesia parroquial.
El 9 de diciembre del mismo año de 1800, habiendo regresado de su destierro el párroco Jaime Perone, se procedió al traslado de la Hostia grande con el ostensorio, que durante siete años, había sido guardada en la casa del señor alcalde.
Fue aquel día de gran fiesta para todo el pueblo de Pézilla. Con el retorno de su Dios al sagrario de la iglesia, celebraba también el retorno de su amado pastor, y un aire de misterio y de sobrenaturalismo penetraba todos los corazones, porque, ¿no era acaso, un milagro evidentísimo, la conservación de las especies sacramentales durante siete años? ¿No lo era, y tal vez mayor, el dorado milagroso del frasco? ¿Y no había sido también una especial providencia de Dios la tranquilidad que, durante siete años de revolución, disfrutó la villa de Pézilla, en medio de las convulsiones que agitaron toda Francia?
Hace más de doscientos años que las sagradas Hostias de Pézilla fueron devueltas al sagrario de la iglesia parroquial. Colocadas en una custodia construida ex profeso, con cinco viriles uno en el centro, para la Hostia grande, y cuatro pequeños, a los lados, para las Hostias pequeñas , conservan todavía la misma incorruptibilidad, la misma blancura y consistencia del primer día.
La manera providencial como fueron guardadas durante los años de la Revolución Francesa, y más aún, el milagro perpetuo y constante de su incorruptibilidad, después de mucho más de una centuria, han hecho que el pueblo cristiano haya visto en estas sagradas Hostias una demostración manifiesta del poder y bondad del Dios de la Eucaristía. Desde entonces, la devoción a las sagradas Hostias de Pézilla de la Rivière ha ido creciendo extraordinariamente. En homenaje al Dios de la Eucaristía, se ha levantado en Pézilla un suntuosísimo templo de estilo románico, donde se guardan y reciben una continua adoración las cinco Hostias y el frasco dorado. Este templo fue bendecido e inaugurado por el señor Obispo de Perpiñán, el día 30 de abril de 1893.

(Prodigios Eucarísticos, P. M. Traval, S. J.).

UNA NIÑA CHINA.......

Una niña china, que cree, después de una aparición milagrosa


En las Relazioni della Missione, que hace monseñor I. Koffman, Obispo y Vicario Apostólico del Schen Si meridional, en China, se refiere que, en diciembre de 1892, una jovencita de familia cristiana no había aún recibido la Primera Comunión, porque no se podía persuadir de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.
Un día, después de haber asistido a la Misa del misionero con otros fieles y catecúmenos, se la vio correr al altar y mirar por todas partes; se le preguntó qué buscaba, y respondió que, a la segunda mitad de la Misa,  había visto a dos Niños de maravillosa hermosura, y que quería ver dónde los había escondido el padre misionero.
Se le explicó entonces que aquélla había sido la visión milagrosa que Dios le mandaba para disipar sus dudas, y se convenció plenamente cuando supo también que las Hostias consagradas eran dos, una de las cuales debía servir para la Comunión de un devoto.
(Ciotti, Narraciones de Primera Comunión).

MILAGRO EUCARISTYICO DE SANTAREM

Milagro Eucarístico de Santarem

Milagro Eucaristico de SantaremSantarem es una ciudad perteneciente a Portugal, muy conocida por el milagro eucarístico acontecido en 1247, que aún en la actualidad permite ver con claridad la Sagrada Hostia con la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Por eso dicen que el milagro continua.

Varios historiadores del siglo XV afirman haber leído el documento original, hoy desaparecido, en el cual se data el milagro ocurrido del 16 de febrero de 1247. Otros documentos datan el milagro en el año 1266, la fecha registrada en la copia comisionada por el rey Alfonso IV en 1346. La disparidad de fechas puede muy bien deberse al conocido hecho de que la misma Hostia ha sido causa de innumerables milagros en diferentes años.

El primer milagro

Entre los años 1225 y 1247 vivía una mujer en Santarem que era muy infeliz pues estaba convencida de que su esposo le era infiel. Utilizó toda la astucia de la que ella era capaz para atraer a su esposo, pero no tuvo ningún resultado. Desesperada ante su situación, visitó a una hechicera del pueblo, la cual le prometió que su esposo volvería a amarla como antes con la condición de que le llevara como paga una Hostia Consagrada.

Esto atemorizó enormemente a la mujer, pues sabía que aquello sería un gran sacrilegio, pero finalmente accedió. Al recibir la Comunión en su iglesia parroquial de San Esteban, no la consumió sino que salió de la iglesia inmediatamente, se sacó la Hostia de la boca y la puso en un nudo de su pañuelo de cabeza.

Por el camino a la casa de la hechicera, la Sagrada Hostia comenzó a sangrar. La mujer no se dio cuenta de lo que ocurría hasta que se lo comunicaron otros transeúntes, pensando que era ella la que sangraba. El pánico estremeció el corazón de la mujer. Se fue a su casa y puso la Hostia, envuelta todavía en el pañuelo, en el fondo de un baúl de cedro donde guardaba sus pertenencias en su habitación. Allí se quedó, con gran temor, todo el día hasta que anocheció.

Cuando su esposo llegó a la casa tarde esa noche, se fueron a dormir, aunque lo más seguro es que ella no descansara mucho. La culpa de su pecado la atormentaba, y también la duda de saber si la Hostia continuaba sangrando.

En la plena oscuridad de aquella habitación, aconteció otro gran milagro. Salieron del baúl brillantes rayos, haciendo que la pareja se despertase. Vieron entonces una espectacular visión de ángeles adorando la Hostia sangrante. La mujer no pudo más y confesó el gran pecado a su esposo. Los dos se arrepintieron y pasaron el resto de la noche arrodillados en adoración y reparación ante la Hostia Milagrosa.

Por la mañana informaron al sacerdote de la parroquia, el cual fue a la casa y escuchó la historia relatada por la mujer. El sacerdote retornó la Hostia a la iglesia de San Esteban en solemne procesión, acompañado por muchos del clero y laicos. La Hostia continuó sangrando por tres días. Finalmente se decidió ponerla (aún sangrando) en un relicario de cera de abeja. Allí permaneció la Sagrada Hostia por mucho tiempo hasta que ocurrió un segundo milagro.

Segundo Milagro , alrededor de 1340.

El sacerdote encerró la Sagrada Hostia en un envase de cera y lo colocó en el tabernáculo. Fue entonces que ocurrió otro milagro. Cuando el sacerdote abrió la puerta del tabernáculo, el envase de cera se había roto en muchos pedazos. En su lugar había un envase de cristal que contenía la sangre de la Hostia mezclada con la cera. Esta se puede aun contemplar junto al relicario mayor que es del 1782. En la actualidad la Sagrada Hostia se mantiene en un trono Eucarístico del siglo XVIII, sobre el altar mayor. La Iglesia de San Esteban es también conocida como el Santuario del Santo Milagro.

Los milagros continúan

A través de los siglos, la Hostia ha emitido nuevamente sangre y en ella se han visto aparecer varias imágenes de Nuestro Señor Jesucristo. Entre los testigos está San Francisco Javier, el apóstol de las Indias, quien visitó el santuario antes de irse en misión, así como un arzobispo de Lisboa.


Procesión Eucarística con la Hostia sangrante.

Desde que ocurrió el milagro hasta la actualidad, todos los años, en el Segundo Domingo de abril, El Milagro Eucarístico sale en procesión desde la casa de los esposos donde ocurrió el milagro, en la Vía delle Stuoie, hasta la Iglesia del Milagro. La casa ha sido capilla desde 1684.

El Milagro Eucarístico de Santarém, es considerado el más importante después del de Lanciano.

Se han comisionado estudios e investigaciones canónicas, siendo las más relevantes las de 1340 y 1612, las cuales probaron sin lugar a dudas la autenticidad y antigüedad del Milagro Eucarístico.

El Milagro Eucarístico de Santarém solo dejó la ciudad una vez, cuando las tropas de Napoleón invadieron a Portugal en 1810. Por temor a que el Milagro fuese profanado en manos de los franceses se llevaron y terminó en Lisboa, en la Iglesia de Pacao. Más tarde, al no ser devuelto el Milagro a Santarém, los ciudadanos de esa ciudad hicieron una protesta en masa. El Milagro Eucarístico fue devuelto a Santarém sigilosamente, para evitar la resistencia de los capitalinos, a quienes no se les comunicó lo del traslado hasta el 2 de diciembre de 1811.

El santuario fue restaurado por D. Antonio Francisco Marqués, obispo de Santarém y abrió sus puertas solemnemente el 7 de marzo de 1996. Hoy cuenta con un pequeño museo tras el altar mayor. El Milagro de Santarém es expuesto cuando los peregrinos lo piden con anticipación. Entonces lo pueden contemplar muy de cerca. La Sangre sigue en estado líquido, casi 800 años después de ocurrir el milagro.

MILAGRO EUCARISTICO DE LANCIANO

El milagro de Lanciano
 
Milagro Eucarístico de LancianoLa pequeña ciudad de Lanciano se encuentra a 4 kilómetros de Pescara Barí (Italia), que bordea el Adriático. En el siglo VIII, un monje basiliano, después de haber realizado la doble consagración del pan y del vino, comenzó a dudar de la presencia real del Cuerpo y de la Sangre del Salvador en la hostia y en el cáliz. Fue entonces cuando se realizó el milagro delante de los ojos del sacerdote; la hostia se tornó un pedazo de carne viva; en el cáliz el vino consagrado en sangre viva, coagulándose en cinco piedrecitas irregulares de forma y tamaño diferentes.
Esta carne y esta sangre milagrosa se han conservado, y durante el paso de los siglos, fueron realizadas diversas investigaciones eclesiásticas.

Verificación del milagro.

Quisieron en la década de 1970, verificar la autenticidad del milagro, aprovechándose del adelanto de la ciencia y de los medios que se disponía. El análisis científico de aquellas reliquias, que datan de trece siglos, fue confiado a un grupo de expertos. Con todo rigor, los profesores Odoardo Linolli, catedrático de Anatomía, Histología Patológica , Química y Microscopia clínica, y Ruggero Bertellí, de la Universidad de Siena efectuaron los análisis de laboratorio. He aquí los resultados:
La carne es verdaderamente carne. La sangre es verdaderamente sangre. Ambos son sangre y carne humanas. La carne y la sangre son del mismo grupo sanguíneo (AB). La carne y la sangre pertenecen a una persona VIVA.
El diagrama de esta sangre corresponde al de una sangre humana que fue extraída de un cuerpo humano ese mismo día. La carne está constituida por un tejido muscular del corazón (miocardio). La conservación de estas reliquias dejadas en estado natural durante siglos y expuestas a la acción de agentes físicos, atmosféricos y biológicos, es un fenómeno extraordinario.
Uno queda estupefacto ante tales conclusiones, que manifiestan de manera evidente y precisa la autenticidad de este milagro  eucarístico.

Otro detalle inexplicable: pesando las piedrecitas de sangre coaguladas, y todas son de tamaño diferente, cada una de éstas tiene exactamente el mismo peso que las cinco piedrecitas juntas.
Conclusiones. ¡Cuántas conclusiones, cuántas ideas y profundizaciones sobre los designios de Dios podemos sacar del milagro de Lanciano!
1. Precisamente cuando los soberbios afirman: "La ciencia enterró la religión, la Iglesia y la oración, que son cosas superadas. Nada de esto es importante". Para éstos el milagro de Lanciano es una respuesta categórica. Es justo la ciencia, con sus recursos actuales que vienen a probar la autenticidad del milagro. ¡Y qué milagro!
2. Realmente un milagro destinado a nuestro tiempo de incredulidad. Pues, como dice San Pablo, los milagros no están hechos para aquellos que creen, sino para los que no creen. Precisamente en este tiempo, cuando un cierto número de cristianos duda de la Presencia Real, admitiendo solo una Presencia espiritual de Cristo en el alma del que comulga, la ciencia la comprueba con una evidencia de un milagro que dura ya más de trece siglos.
3. La iglesia de Lanciano, donde se produjo el milagro, está dedicada a San Longinos, el soldado que traspasó el Corazón de Cristo con la lanza, en la cruz. ¿Coincidencia?
4. La constatación científica por los expertos de que se trata de carne y sangre de una persona viva, viviente en la actualidad, pues esta sangre es la misma que hubiese sido retirada en el mismo día, de una persona viva.
5. Por lo tanto es la misma carne viva, no carne de un cadáver, sino una carne animada y gloriosa, que recibimos en la Eucaristía, para que podamos vivir la vida de Cristo.
6. Un hecho impresionante: la carne que está allí es carne del corazón. No es un músculo cualquiera, pero del músculo que propulsiona la sangre y, en consecuencia, la vida.
7. Las proteímas contenidas en la sangre están normalmente repartidas en una relación de porcentaje idéntica al del esquema proteico de la sangre fresca normal.

Para nosotros, cincuenta años, medio siglo, es prácticamente una vida. Trece siglos nos parecen una eternidad y es tal vez con esta sensación ya de eternidad que "sentimos" el milagro de Lanciano, donde Dios permitió la comprobación por la ciencia de los hombres de sus palabras omnipotentes: ESTO ES MI CUERPO, ESTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE, DEL NUEVO Y ETERNO TESTAMENTO.
Este texto fue publicado en:
Sol de Fátima, nº. 83, Mayo Junio 1982,
Revista Roma de Buenos Aires, nº. 28, Septiembre de 1978,
Legionario de Colombia nº. 5.


La siguiente información se encuentra en la monografía del Profesor Linoli, docente de anatomía e histologia patológica y citogénetica, publicada después de la última investigación científica de la Carne y de la Sangre milagrosa en 1970 y revisada en el año 1991.
Información aportada por la Cardióloga Italiana Marina De Cesare, quien participó en la investigación del milagro.



Después de varias investigaciones, hoy el Milagro Eucarístico se conserva en la Iglesia de San Francisco, en un precioso relicario de plata.

En particular, la Carne tiene una forma redondeada, con un diámetro de entre 55 y 60 mm., de un color entre amarillo oscuro y marrón. La lámina de tejido se presenta sutilizada y ampliamente lacerada en la parte central, debido a su retiro hacia el borde externo, donde se encuentra leventada en pliegues. Es evidente que se trata de un órgano con cavidad, visto en sección trasversal, histológicamente reconocido como corazón. La parte inferior, más espesa, puede ser identificada como ventrículo izquierdo; la parte superior, más delgada como es abitual, puede ser identificada como el ventrículo derecho. A lo largo de los siglos, la Carne milagrosa ha sido objeto de manipulaciones reiteradas que han llevado a la pérdida de partes centrales como la pared interventricular, de la cual sólo han quedado rastros en la base, entre los dos ventrículos. Además, la única cavidad actual fue perdiendo agua, con la consiguiente momificación y reducción de dimensiones.

La Sangre del Milagro Eucarístico, contenida dentro de un antiguo cáliz de vidrio, se presenta bajo el aspecto de 5 fragmentos del peso total de 15.18 gramos, de color amarillo-marrón y de consistencia uniformemente dura.

El estudio realizado en los anos 1970-1971 fue dirigido a:

1) averiguar la estructura histológica del tejido considerado Carne;

2) definir si la sustancia considerada Carne responde a las características de ésta;

3) establecer a qué especie histológica pertenecen la Carne y la Sangre;

4) precisar en los dos tejidos el grupo sanguíneo;

5) indagar sobre los compuestos proteicos y minerales de la Sangre.

1) Estudio Histologico de la antigua Carne de Lanciano
Los pequenos fragmentos extraídos del tejido momificado han sido sometidos a estudios histológicos según métodos clásicos de investigación: coloraciones sobre secciones miotómicas (Mallory, Van Gieson, método de Ignesti, impregnación con plata según Gomori, entre otros) y sucesivo examen en el microscopio electrónico.

El tejido aparece compuesto de fibrocélulas ( = células que componen el tejido muscular) orientadas en sentido longitudinal, oblicuo y trasversal. Las mismas fibrocélulas ponen en evidencia, con mayores agrandamientos, una estructura fibrilar longitudinal, que lleva al reconocimiento de tejido muscular estriado. Las fibras aparecen organizadas en uniones sincítícas, o sea a través de bifurcaciones y recíprocas uniones en los extremos.

Las características antes descriptas conllevan al diagnóstico de tejido miocárdico. De hecho, la orientación de las fibrocélulas y la agregación sincitíca se encuentran sólo en el músculo cardíaco : el corazón, durante la contracción, realiza movimientos complejos de torción, contracciones desde abajo hacia arriba y desde el exterior hacia el interior de la cavidad ventricular. El trabajo resultante tiene como finalidad la expulsión de la sangre desde la cavidad ventricular hacia las grandes arterias. Los músculos esqueléticos no necesitan de tan compleja organización, ya que están constituídos de fibrocélulas dispuestas según la misma orientación. En los fragmentos histológicos se han evidenciado también otras estructuras, típicas del corazón: un lóbulo de tejido adiposo, ramificaciones nerviosas que pertecen a un nervio vago (que regula la frequencia de la pulsación cardíaca) y finalmente estructuras endocardíacas (tejido que reviste internamente el corazón y sus válvulas), ausentes en otros tejidos musculares. Finalmente se evidenciaron estructuras vasculares de tipo arterioso y venoso normales, que no presentan alteraciones estructurales, que más bien pertenecen a un individuo sano y joven.

Es necesario también precisar que no se relevaron sustancias momificantes, las cuales eran empleadas para conservar los tejidos.

Conclusión: el tejido de la antigua Carne de Lanciano partenece a un Corazón. Un Corazón sano.

2) Examen microscópico y microquímico de la antigua Sangre de Lanciano.
Sobre secciones en el micrótomo no aparecen elementos celulares. Los estudios microquímicos han arrojado resultados contrastantes comparando la muestra en examen y sangre humana disecada.

3) Búsqueda cromotográfica de la hemoglobina en la antigua Sangre.
La prueba realizada tanto en la muestra en cuestión como en otras muestras de referencia, demostró la real naturaleza hematosa de la antigua Sangre de Lanciano.

Dicha prueba tiene plena validez para el reconocimiento de la sangre aún en el caso de materiales danados a lo largo del tiempo, que pueden presentar resultados contrastantes con respecto a los exámenes anteriormente mencionados.

4) Definición inmunológica de la especie a la que pertenecen la antigua Sangre y la antigua Carne de Lanciano.
Los tejidos en examen han sido analizados con sueros antiproteína humana, sueros de conejo y sueros de buey.

Conclusión: las pruebas de precipitación han demostrado que la Sangre y la Carne del Milagro Eucaristico de Lanciano pertenecen a la especie humana.

5) Determinación del grupo sanguineo en la antigua Sangre y en la antigua Carne de Lanciano.
Las pruebas empleadas para la determinación del grupo sanguíneo (ABO) han manifestado que tanto la Sangre como la Carne de Lanciano pertecen al grupo AB.

6) Análisis electroforético de las proteinas de la antigua Sangre de Lanciano.
La composición porcentual de las proteínas en el líquido en examen repite los valores conocidos para el suero de sangre humana normal:

albúmina = 61% ;
globulinas alfa-1 = 2,38% ;
globulinas alfa-2 = 7,14% ;
globulinas beta = 7,14% ;
gamma = 21,42%.

La relación albúmina-globulina resulta ser del 1,62% siendo el valor normal de entre 1,13 y 1,73.

Las proteínas fraccionadas de la muestra en examen presentan entonces una curva electroforética parecida a la sangre fresca normal (un suero de sangre no se puede utilizar con fines electroforéticos después de los 2-4 días de refrigerado).

7) Determinación de los minerales (calcio, cloruros, fósforo, magnesio, potasio, sodio) en la antigua Sangre de Lanciano.
Con respecto a las muestras de sangre humana normal disecada, el porcentaje de minerales resultaron alteradas por el contacto con la pared de vidrio del contenedor y por la exposición al polvo de mampostería rico en sales de calcio.

Consideraciones finales

Los resultados de la investigación efectuada sobre fragmentos de la Antigua Sangre y de la antigua Carne que se conoce tradicionalmente con el nombre de Milagro Eucarístico de Lanciano (siglo VIII), se resumen en los siguientes puntos:

- La Sangre es efectivamente tal;

- La Carne pertenece al miocardio;

- La Carne y la Sangre pertenecen a la especie humana;

- El grupo sanguíneo identificado tanto en la Sangre como en la Carne es de tipo AB,

- El examen electroforético de las proteínas de la Sangre se acerca al examen en el suero fresco.

El diagnóstico histológico de miocardio hace que sea poco aceptable la hipótesis de un "falso". De hecho sólo una mano experta en disección anatómica hubiese podido obtener del corazón (órgano cavo) de cadáver una rebanada uniforme y continua, considerando que las primeras disecciones anatómicas sobre el hombre fueron posteriores al 1300.

Además las perforaciones por clavos presentes en el contorno, llevan a deducir que el fragmento de corazón aparecido en el altar de la iglesia de Lanciano estuviese en estado vivo y entonces tendiese, por “rigor mortis” , a retraerse concéntricamente cuestión a la que se opusieron los monjes basilianos, clavando en una tablilla de madera la sección de corazón. En tal modo, el hecho de retraerse centrífugamente ha lacerado el tejido en su parte central, como ya se ha dicho.

Un fragmento de miocardio y de coágulos hemáticos, dejados en el estado natural durante siglos y además expuestos a la acción de los agentes fisicos atmosféricos, ambientales y parasitosos, llegaron a nosotros así, inexplicablemente inalterados aún después de más de un milenio, para someterse a las investigaciones científicas de las que sólo hoy, después de siglos de historia, disponemos.

MILAGRO EUCARISTICO DEL 14 DE SETIEMBRE DE 1995

14 de septiembre de 1995:
El primer milagro Eucarístico

narración del Obispo Claudio Gatti

El 10 de septiembre de 1995 Nuestra Señora le dijo a Marisa: "En la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz estaré aquí para orar contigo ante la Cruz. Y tú, Marisa, tendrás que tomar la Cruz y llevarla en procesión". De hecho en el 14 de septiembre (festividad de la Exaltación de la Santa Cruz), mientras los creyentes estaban reunidos orando en la capilla. Marisa estaba en su silla de ruedas al inicio de la escalinata justo fuera de la capilla. Trayendo la Cruz, me coloqué a la cabeza de la procesión y me dirigí hacia donde estaba Marisa. Cuando llegué a unos cuantos metros de ella, la he visto levantarse sin ayuda externa alguna y caminar hacia la Cruz, siguiendo en particular una orden de Nuestra Señora, como más tarde me lo explicó. Marisa besa a Jesús Crucificado en la frente y de acuerdo con lo que ella nos refiere, ha visto salir la Sagrada Hostia del pecho. Yo no he visto esta "emisión" porque cargaba la Cruz, pero inmediatamente después he visto la Sagrada Hostia en la palma de la mano izquierda de Marisa [En la imágen siguiente, la Hostia está ya en la palma de la mano izquierda de Marisa].

Aún cuando no es la primera vez que estoy presente en este tipo de evento (de hecho el 3 de septiembre de 1995 ocurrió otro milagro Eucarístico durante una aparición privada), la emoción ha sido igualmente intensa. La gente cercana que se ha dado cuenta que la Sagrada Hostia se ha vuelto visible, ha reaccionado con asombro y admiración. Mientras tanto, en medio de la turbación general y también en mi desconcierto personal, Nuestra Señora toma la situación en su mano y sugiere a Marisa, paso a paso, qué hacer. Antes que nada le ha dicho a Marisa que tengo que ponerme el alba y traer las velas encendidas. Por mi parte yo sólo tomé la iniciativa de traer el ostensorio. Mientras tanto Marisa conduce la oración, levantando la Sagrada Hostia de modo que fuera visible para todos.

A mi regreso de la sacristía me arrodillo ante el Santísimo Sacramento, lo expongo en el ostensorio e invito a todos a adorar al Señor, presente entre nosotros. Justo en este momento Marisa muestra un fuerte sufrimiento que invade todo su cuerpo de modo que cae al suelo. Mientras es ayudada a levantarse, me susurra que ha vivido los dolores de la pasión de Nuestro Señor. Se reanuda la procesión, ahora encabezada por Marisa cargando la Cruz, seguida por mí, portando el ostensorio. Marisa conduce la oración alternándola con el canto "Tu sei Dio" ("Tú eres Dios") y acompañada por el coro. Durante las paradas breves de la procesión invito a todos a mantenerse en silencio y en adoración. Caminamos el circuito completo del jardín y luego regresamos a la capilla.

Coloco el ostensorio en el altar y todos nos ponemos de rodillas; de modo que Marisa, después de colocar a un lado la Cruz, se arrodilla como no había podido hacerlo por algún tiempo. Al final de la oración coral y de la adoración personal silenciosa, pregunto a Marisa en voz alta e inquieta: "¿Qué tengo que hacer?". De hecho, estoy abrumado entre uno u otro camino, si mantengo la Eucaristía en la capilla como un signo milagroso u obedecer la prohibición del Vicariato de mantenerla. Marisa también está inquieta como me lo indica su mirada. Nuestra Señora interviene de nuevo y remueve todas las dudas y me pide, por medio de Marisa, que divida la Sagrada Hostia en dos partes, para que Marisa y yo podamos recibir la Comunión. Durante nuestra acción de gracias los creyentes se mantienen orando en silencio. Todo termina con la bendición que yo imparto. Esta es la narración objetiva de los eventos.

martes, 26 de junio de 2012

ORACIONES MARIANAS

ORACIONES MARIANAS MAS CONOCIDAS

AVE MARIA


Dios te salve María,
llena eres de gracia
El Señor es contigo,
bendita tu eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
-Santa María Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte,
Amén.

El Ave María es el saludo del Ángel (primera parte) y también el saludo de la Iglesia (segunda parte) a la Virgen Santísima. Es una oración de amor, confianza y petición a la Madre de Dios y Madre Nuestra.

SALVE


Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida y dulzura y esperanza nuestra:
Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos
y, después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima! ¡oh piadosa! ¡oh dulce Virgen María!


V. Ruega por nosotros santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

MAGNIFICAT
(Lucas 1:46-55)
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
y se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
por el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.


 

REFLEXIONES SOBRE EL PADRE NUESTRO


El “Padre Nuestro”San Cipriano de Cartago, Tratado sobre el “Padre Nuestro”, 14 - 17.
"«Cúmplase tu voluntad en la tierra como en el cielo». No en el sentido de que Dios haga lo que quiere, sino en cuanto nosotros podamos hacer lo que Dios quiere. Pues ¿quién puede estorbar a Dios de que haga lo que quiera? Pero porque a nosotros se nos opone el diablo para que no esté totalmente sumisa a Dios nuestra mente y vida, pedimos y rogamos que se cumpla en nosotros la voluntad de Dios: y para que se cumpla en nosotros, necesitamos de esa misma voluntad, es decir, de su ayuda y protección, porque nadie es fuerte por sus propias fuerzas, sino por la bondad y misericordia de Dios. En fin, también el Señor, para mostrar la debilidad del hombre, cuya naturaleza llevaba, dice: Padre, si puede ser, que pase de mí este cáliz (Mt 26,39), y para dar ejemplo a sus discípulos de que no hicieran su propia voluntad, sino la de Dios, añadió lo siguiente:
Con todo, no se haga lo que yo quiero, sino lo que Tú quieres. Y en otro pasaje dice: No bajé del cielo para hacer mi voluntad sino la voluntad del que me envió (lo 6,38). Por lo cual, si el Hijo obedeció hasta hacer la voluntad del Padre, cuánto más debe obedecer el servidor para cumplir la voluntad de su señor, como exhorta y enseña en una de sus epístolas Juan a cumplir la voluntad de Dios, diciendo: No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno amare al mundo, no hay en él amor del Padre, porque todo lo que hay en éste es concupiscencia de la carne, y concupiscencia de los ojos, y ambición de la vida, que no viene del Padre, sino de la concupiscencia del mundo; y el mundo pasará y su concupiscencia, mas el que cumpliere la voluntad de Dios permanecerá para siempre, como Dios permanece eternamente (1 lo 2,15-17). Los que queremos permanecer siempre, debemos hacer la voluntad de Dios, que es eterno. La voluntad de Dios es la que Cristo enseñó y cumplió: humildad en la conducta, firmeza en la fe, reserva en las palabras, rectitud en los hechos, misericordia en las obras, orden en las costumbres, no hacer ofensa a nadie y saber tolerar las que se le hacen, guardar paz con los hermanos, amar a Dios de todo corazón, amarle porque es Padre, temerle porque es Dios; no anteponer nada a Cristo, porque tampoco él antepuso nada a nosotros; unirse inseparablemente a su amor, abrazarse a su cruz con fortaleza y confianza; si se ventila su nombre y honor, mostrar en las palabras la firmeza con la que le confesamos; en los tormentos, la confianza con que luchamos; en la muerte, la paciencia por la que somos coronados. Esto es querer ser coherederos de Cristo, esto es cumplir el precepto de Dios, esto es cumplir la voluntad del Padre.
Pedimos que se cumpla la voluntad de Dios en el cielo y en la tierra; en ambos consiste el acabamiento de nuestra felicidad y salvación. En efecto, teniendo un cuerpo terreno y un espíritu que viene del cielo, somos a la vez tierra y cielo, y oramos para que en ambos, es decir, en el cuerpo y en el espíritu. se cumpla su voluntad. Por eso debemos pedir con cotidianas y aun continuas oraciones que se cumpla sobre nosotros la voluntad de Dios tanto en el cielo como en la tierra; porque ésta es la voluntad de Dios, que lo terreno se posponga a lo celestial, que prevalezca lo espiritual y divino.
También puede darse otro sentido, hermanos amadísimos, que puesto que manda y amonesta el Señor que amemos hasta a los enemigos y oremos también por los que nos persiguen, pidamos igualmente por los que aún son terrenos y no han empezado todavía a ser celestes, para que asimismo se cumpla sobre ellos la voluntad de Dios, que Cristo cumplió conservando y reparando al hombre. Porque si ya no llama El a los discípulos tierra, sino sal de la tierra, y el Apóstol dice que el primer hombre salió del barro de la tierra y el segundo del cielo, nosotros, que debemos ser semejantes a Dios, que hace salir el sol sobre buenos y malos v llueve sobre justos e injustos (Mt 5,45), con razón pedimos y rogamos, ante el aviso de Cristo, por la salud de todos, que como en el cielo, esto es, en nosotros, se cumplió la voluntad de Dios por nuestra fe para ser del cielo, así también se cumpla su voluntad en la tierra, esto es, en los que no creen, a fin de que los que todavía son terrenos por su primer nacimiento empiecen a ser celestiales por su nacimiento segundo del agua y del Espíritu."
Oración:
Señor Dios, Tú nos has revelado tu voluntad a través de las palabras y acciones de tu divino Hijo. Te suplicamos nos ayudes a seguir su ejemplo en nuestras vidas para poder contemplarte y cantarte para siempre en tus moradas eternas. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
De Ateneo Pontificio "Regina Apostolorum"

www.corazones.org
tomado de la pagina de Las  Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.

TOMAD SEÑOR...

Oraciones y rezos de la Iglesia Católica

Tomad, Señor y recibid

Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad:
todo mi haber y mi poseer.
Vos me lo disteis, a Vos, Señor,
lo torno. Todo es vuestro.
Disponed de mí,
según vuestra voluntad.
Dadme vuestro amor y gracia,
que esto me baste.
San Ignacio de Loyola

EL CANTO DE LA CREACION

Oraciones y rezos de la Iglesia Católica

Canto de la Creación
Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor, tuyas son la alabanza, la gloria y el honor, tan sólo tú eres digno de toda bendición, y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.
Loado seas por toda criatura, mi Señor, y en especial loado por el hermano sol, que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor, y lleva por los cielos noticia de su autor.
Y por la hermana luna, de blanca luz menor, y las estrellas claras, que tu poder creó, tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son, y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!
Y por la hermana agua, preciosa en su candor, que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor! Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol, y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado, mi Señor!
Y por la hermana tierra, que es toda bendición, la hermana madre tierra, que da en toda ocasión las hierbas y los frutos y flores de color, y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!
Y por los que perdonan y aguantan por tu amor los males corporales y la tribulación: ¡felices los que sufren en paz con el dolor, porque les llega el tiempo de la consolación!
Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor! Ningún viviente escapa de su persecución; ¡ay si en pecado grave sorprende al pecador! ¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
¡No probarán la muerte de la condenación! Servidle con ternura y humilde corazón. Agradeced sus dones, cantad su creación. Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén
San Francisco de Asís

LA ORACION CRISTIANA



¿POR QUE ORAR?
Importancia de la Oración
En su libro titulado “Camino de la Esperanza”, el Cardenal Vietnamita  Nguyen Van Thuan nos dejó este testimonio, que es una verdadera campanada de advertencia:
 “Un día hablé con el Padre Provincial de una gran congregación sobre la crisis del sacerdocio y las vocaciones religiosas.  El me dijo que habían enviado una carta a todos los hermanos que habían dejado el sacerdocio para preguntarles por qué lo habían hecho.  Todos contestaron.  Y sus respuestas revelan que no se habían ido por problemas sentimentales, sino porque no oraban.  Algunos dijeron que habían dejado de rezar hacía muchos años. 
orando
Vivían en comunidad, pero no oraban profundamente; mejor dicho, ni rezaban. Trabajaban mucho, enseñaban en las Univer-sidades, organizaban muchas cosas, pero no rezaban”.
“La oración es la fundamentación de la vida espiritual” (Cardenal Nguyen Van Thuan).
“Muchas vocaciones están en crisis, no se realizarán.  Muchas familias sufren dificultades, se separarán y se pelearán.  Mucha gente pierde el gusto por la vida y el trabajo, están descontentos y vacíos. Y todo esto porque se ha abandonado la oración”  (Beata Teresa de Calcuta).
Todo se renueva en la oración, tanto los individuos como las comunidades.  Surgen nuevos objetivos e ideales” (Juan Pablo II).
No es de extrañar que el Catecismo de la Iglesia Católica dedique una quinta parte (20%) de sus páginas al tema de la oración, en forma muy extensa y explícita, y tratando todas las formas de oración, inclusive la de la contemplación, que erróneamente ha estado reservada para vocaciones especiales.
Son tan detallados los capítulos que el Catecismo de la Iglesia Católica dedica a la oración, que trae hasta consejos prácticos para la oración y trata también los errores en que pueden caer los orantes.
catecismo
El tratamiento que da el Catecismo de la Iglesia Católica a la oración denota la importancia que le asigna el Magisterio de la Iglesia a la misma.
La oración es la llave que abre nuestro corazón y nuestra alma al Espíritu Santo; es decir, a Su acción de transformación en nosotros. Al orar, permitimos a Dios actuar en nuestra alma -en nuestro entendimiento y nuestra voluntad- para ir adaptando nuestro ser a Su Divina Voluntad. (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica #2825-1827)
La oración nos va descubriendo el misterio de la Voluntad de Dios. (cfr. Ef.1, 9)
La oración va conformando nuestro ser a esa forma de ser y de pensar divinas: nos va haciendo ver las cosas y los hechos como Dios los ve. Ver el mundo con los ojos de Dios.
En el silencio Dios se comunica mejor al alma y el alma puede mejor captar a Dios.  En el silencio el alma se encuentra con su Dios y se deja amar por El y puede amarle a El.
En el silencio el alma se deja transformar por Dios, Quien va haciendo en ella Su obra de "Alfarero", moldeándola de acuerdo a Su Voluntad (cfr.Jer.18,1-6).
La oración nos va haciendo conformar nuestra vida a los planes que Dios tiene para nuestra existencia.
En fin: la oración nos va haciendo cada vez más "imagen de Dios",  nos va haciendo más semejantes a Cristo.
La oración nos va develando la verdad, sobre todo la verdad sobre nosotros mismos:  nos muestra cómo somos realmente, cómo somos a los ojos de Dios:
mascara
Los seres humanos solemos tener una máscara hacia fuera, hacia los demás:  mostramos lo que no somos.  Hacia adentro, hacia nosotros mismos, solemos engañarnos:  creemos lo que no somos.  Sólo en la oración descubrimos la verdad sobre nosotros mismos: 
Dios nos enseña cómo somos realmente, cómo nos ve El.
La oración nos abre los ojos para comprender las Escrituras, internalizarlas y hacerlas vida en nosotros.  Nos cura del “síndrome de Emaús”.
En el silencio de la oración nos encontramos con Dios y nos reconocemos Sus creaturas, dependientes de El, nuestro Padre y Creador, nuestro principio y nuestro fin. 
En el silencio de la oración somos como ramas de la Vid que es el Señor, porque nos nutrimos de la savia misteriosa que son las gracias que necesitamos y que Dios nos da, especialmente en esos ratos de oración.
orancion
“El hombre no puede vivir sin orar, lo mismo que no puede vivir sin respirar”  (Juan Pablo II).
“Es necesario que encontremos el tiempo de permanecer en silencio y de contemplar, sobre todo si vivimos en la ciudad donde todo se mueve velozmente.  Es en el silencio del corazón donde Dios habla” (Beata Teresa de Calcuta). 
“Orad y velad para no caer en la tentación … para aportar a esta sociedad la luz de la Verdad, la fe en las certezas trascendentales y eternas, el gozo de la verdadera esperanza y el compromiso de la caridad animosa.  El mundo necesita más oración”  (JP II, 11-6-83). 
paz
La oración nos despierta el anhelo de Cielo, los deseos de eternidad, la esperanza en las “realidades últimas” de que nos hablaba Juan Pablo II. 
Asimismo, la oración no nos deja desentendernos de las “realidades penúltimas”, porque la verdadera oración, lejos de replegarnos sobre nosotros mismos, nos impulsa a la acción y al servicio a Dios en los hermanos.   No filantropía o mero altruismo, sino acción apostólica veraz.
Tal vez por todas estas cosas y por el interés del Magisterio de la Iglesia en la oración, el Papa Juan Pablo II nos dejó una consigna en su visita a Venezuela, consigna que repetía en todos sus viajes y que él mismo practicaba: "Ante todo, creced en el Señor ... Abrid siempre más vuestro corazón a Cristo. Acoged Su presencia misteriosa y fecunda; cultivad la intimidad con El en ese encuentro que cambia la vida ... Creced siempre en el Señor. Creced hacia la plenitud de Dios" (Ef.3, 19). Y esta consigna no fue precisamente para el Clero o los Religiosos: la dijo para los laicos, para los que debemos estar actuando en el mundo.
Y ese crecimiento en el Señor, ese crecimiento hacia la plenitud de Dios no puede darse sin la oración, sin "ese encuentro que cambia la vida".
Y ese crecimiento significa ir creciendo en los frutos del Espíritu Santo, algunos de los cuales cita San Pablo en su carta a los Gálatas (5, 22-23): amor, alegría, paciencia, comprensión, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí ... pues el Espíritu Santo va infundiendo ésos y otros frutos en el alma de todo aquél que se abre a su acción de transformación divina, sobre todo a través de la oración.

¿COMO ORAR?

¿QUE ES ORAR?        "La oración es una conversación o coloquio con Dios" (San Gregorio Niceno). "La oración es hablar con Dios" (San Juan Crisóstomo). "La oración es la elevación del alma a Dios o la petición de bienes convenientes" (San Juan Damasceno. cfr. CIC #2559). "Oración es tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con Quien sabemos nos ama" (Sta. Teresa de Jesús). Y el Catecismo de la Iglesia Católica da también la definición de Sta. Teresita del Niño Jesús: "Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría" (CIC #2558)        Sin embargo, la oración es mayormente una actividad sobrenatural. No es sólo, ni principalmente obra del hombre: es más obra de Dios, que acción nuestra.
  2.    ¿POR QUE ORAR?          IMPORTANICA DE LA ORACION.        Llama la atención que el Catecismo de la Iglesia Católica dedique una quinta parte (20%) de sus páginas al tema de la oración, en forma muy extensa y explícita, y tratando todas las formas de oración, inclusive la de la contemplación, que erróneamente ha estado reservada para vocaciones especiales. Son tan detallados los capítulos que el Nuevo Catecismo dedica a la oración, que trae hasta consejos prácticos para la oración y trata también los errores en que se pueden caer los orantes. El tratamiento que da el Catecismo a la oración denota la importancia que le asigna el Magisterio de la Iglesia a la misma.        La oración es la llave que abre nuestro corazón y nuestra alma al Espíritu Santo; es decir, a Su acción de transformación en nosotros. Al orar, permitimos a Dios actuar en nuestra alma -en nuestro entendimiento y nuestra voluntad- para ir adaptando nuestro ser a Su Divina Voluntad. (cfr. CIC 2825-1827)        La oración nos va descubriendo el misterio de la Voluntad de Dios. (cfr. Ef.1,9)        La oración va conformando nuestro ser a esa forma de ser y de pensar divinas: nos va haciendo ver las cosas y los hechos como Dios los ve.         La oración nos va haciendo conformar nuestra vida a los planes que Dios tiene para nuestra existencia.
En fin: la oración nos va haciendo cada vez más "imagen de Dios".
        Tal vez por todas estas cosas y por el interés del Magisterio de la Iglesia en la oración, el Papa Juan Pablo II nos dejó una consigna en su visita a Venezuela, consigna que repite en todos sus viajes y que él mismo practica: "Ante todo, creced en el Señor ... Abrid siempre más vuestro corazón a Cristo. Acoged Su presencia misteriosa y fecunda; cultivad la intimidad con El en ese encuentro que cambia la vida ... Creced siempre en el Señor. Creced hacia la plenitud de Dios" (Ef.3,19). Y esta consigna no fue precisamente para el Clero o los Religiosos: la dijo para los laicos, para los que debemos estar actuando en el mundo.        Y ese crecimiento en el Señor, ese crecimiento hacia la plenitud de Dios no puede darse sin la oración, sin "ese encuentro que cambia la vida".        Y ese crecimiento significa ir creciendo en los frutos del Espíritu Santo, algunos de los cuales cita San Pablo en su carta a los Gálatas (Gal. 5,22-23): amor, alegría, paciencia, comprensión, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí ... pues el Espíritu Santo va infundiendo ésos y otros frutos en el alma de todo aquél que se abre a su acción de transformación divina, sobre todo a través de la oración.        La oración es tan importante que no podemos, por ejemplo, pretender amar, amar verdaderamente, amar como Dios nos ama, si no nos abrimos a la acción del Espíritu Santo a través de la oración y de los Sacramentos. Porque para amar verdaderamente hay que dejar que sea el Espíritu Santo -que habita en nuestro interior si estamos en estado de gracia- Quien ame en nosotros y a través de nosotros. De otra manera, lejos de proyectar el Amor de Dios en nosotros, podemos más bien proyectar nuestro propio yo.
  3.    FORMAS DE ORACION
3. 1. 1. LITURGICA:
  • Santa Misa: es la oración más importante.
  • Oficio Divino o
    Liturgia de las Horas.
3. 1. 2. No LITURGICA:
  • Oración comunitaria o
    en grupos   
        La oración personal puede tener muy variadas formas, y aunque hay oraciones más elevadas que otras, cualquier tipo de oración agrada al Señor, y la oración que utilice cada persona depende mucho de su personalidad, del llamado que Dios la haga y de las gracias que Dios le otorgue. Depende de cada uno -es cierto- responder lo mejor posible a ese llamado y a esas gracias que vienen del Señor.        Sin embargo, es bueno ver lo que nos dice el Nuevo Catecismo (#2726) sobre algunos conceptos erróneos que pueden haber en torno a la oración personal:
  •         Considerar la oración como un monólogo y no un diálogo: Es cierto que la oración es conversar con Dios, pero la conversación implica diálogo: no puedo hablar sólo yo. Orar no es tanto hablar nosotros a Dios, ni mucho menos hacerle exigencias, sino más bien guardar silencio ante El, tratando de descubrir Su Voluntad, cuáles son Sus Planes para nuestra vida. Ya Jesucristo nos aconsejó así: "Al orar no multipliquéis las palabras ... pensando que por mucho hablar seréis atendidos" (Mt.6,7)
  •         Creer que la oración es sólo un esfuerzo personal: Si bien es cierto que hay que desear orar y que hay que proponerse orar con toda la asiduidad que nos sea posible y "sin desfallecer" como nos dice el mismo Jesucristo, el Nuevo Catecismo nos dice que "la oración viene también del Espíritu Santo". En realidad, es el Espíritu Santo Quien hace la oración en nosotros, o mejor: es la oración en nosotros (cfr. Isabel de la Trinidad, Carmelita Descalza venezolana ya fallecida).
 FORMAS DE ORACION PERSONAL:
VOCAL - MENTAL - CONTEMPLATIVA
        Aunque Sta. Teresa hace la diferencia entre las tres formas de Oración Personal, también es cierto que las considera íntimamente relacionadas entre sí. "Toda oración vocal, si se reza como hay que hacerlo, es ya y es antes oración mental ... Sabed, hijas, que no está la falta para ser o no ser oración mental en tener cerrada la boca; si hablando estoy enteramente entendiendo y viendo que hablo con Dios ... junto está oración mental y vocal".         Considera la máxima excelencia de la oración vocal en que es camino para la contemplación: "Es muy posible que estando rezando el Paternoster os ponga el Señor en contemplación perfecta". Y, característica de su humor y hasta ironía dice a los "enemigos de los contemplativos": "no penséis que estáis libres de serlo si las oraciones vocales rezáis como se han de rezar".                  3.2.1. ORACION VOCAL:           Dice el Nuevo Catecismo (#2704): "La oración vocal es la oración por excelencia de las multitudes ... se hace interior en la medida que tomamos conciencia de Aquél "a Quien hablamos" (Sta.Teresa Jesús). Por ello, la oración vocal se convierte en una primera forma de oración contemplativa". Dicha desde el corazón puede ser una vía para llegar a la contemplación.
A los discípulos, atraídos por la oración silenciosa de su Maestro, éste les enseña una oración vocal: el Padre Nuestro ... Si bien los Evangelios nos muestran a Jesús orando en soledad y en silencio, también nos lo muestran elevando Su voz al Padre para expresar vocalmente su oración personal (cfr. NC #2701)
        Hay varios tipos de ORACION VOCAL:
  • PETICION:
          Dice el Nuevo Catecismo (#2735) que cuando alabamos a Dios o le damos gracias ... no estamos preocupados por saber si esta oración le es agradable a Dios. Por el contrario, cuando pedimos, exigimos ver el resultado, porque como la oración de petición suele ser causada por un anhelo que deseamos se cumpla o por un plan que deseamos se realice, o por una necesidad que deseamos sea satisfecha, a veces parece que no fuera escuchada.
         Pero sucede que a veces pedimos cosas que no nos convienen y que no coinciden con lo que Dios, nuestro Padre y Creador, desea para nosotros Sus hijos. "Pedís y no recibís, porque pedís mal", nos advierte el Apóstol Santiago en su Carta (2, 3). Y San Pablo también insiste en esta idea: "Nosotros no sabemos pedir como conviene" (Rom.8, 26).
         Es por ello que el Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que es necesario orar para poder conocer la Voluntad de Dios (#2736). "El Evangelio nos invita a conformar nuestra oración con el deseo del Espíritu" (#2756).
         Por eso dice San Juan: "Estamos plenamente seguros: si le pedimos algo conforme a Su Voluntad, El nos escuchará" (1ª Jn.5,9). Y el mismo Señor nos dice: "Pedid y se os dará ... vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan" (Mt.7,7-11). Pero para pedir "cosas buenas" es menester conocer la Voluntad de Dios.
         Es cierto que Jesús nos ha dicho: "Pedid y se os dará" (Mt.7, 7 - Lc.11, 9), pero también nos dijo: "Vuestro Padre sabe lo que necesitáis" (Lc.12, 30). En todo caso, nuestra oración de petición debe siempre estar sujeta a la Voluntad de Dios "No se haga mi voluntad, sino la Tuya" (Lc.22, 42 - Mc.14, 26).

         “Al orar no multipliquen las palabras, pensando que por mucho hablar serán atendidos. Ustedes no recen de ese modo, porque, antes que pidan, el Padre sabe lo que necesitan” (Mt. 6, 7-8)
  • . INTERCESION:   
        Cuando la oración de petición hace por otra u se otras personas, se convierte en de Intercesión.
Oración
         En nuestra oración de petición y de intercesión es bueno usar frases como éstas (cfr. Isabel de la Trinidad, o.c.d): "Si permites, Señor, la curación de ... me darías ¡tanta alegría!" "Si es Tu Voluntad que se realice esto ... te estaría ¡tan agradecido!" "Lo que Tú creas, Señor, es lo mejor para ..." "Aquí estoy delante de tí, Señor, y sabes que sufro por ..." "Señor, Tú sabes que ... está sufriendo por ... y con amor te lo encomiendo".
  • ARREPENTIMIENTO:  
        Es el comienzo de una oración justa y pura, pues nos coloca en nuestra realidad de pecadores que somos y desde esta realidad clamamos perdón a Quien hemos ofendido.
  • . REPARACION:
        Oración de desagravio por pecados propios, de otros, o de la humanidad. Ejemplos: el Acto de Desagravio al Santísimo Sacramento. La Novena Permanente de Oración por los errores y herejías del "New Age" contiene un Acto de Desagravio, referido a todos estos errores que van contra la divinidad de Nuestro Señor y pretenden destruir la Fe de Su Iglesia.
  • ACCION DE GRACIAS:
        Todo acontecimiento y toda gracia del Señor pueden traducirse en un acto de acción de gracias. "En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios en Cristo Jesús quiere de vosotros" (1ª Tes.5,18).
  • . ALABANZA:
        Es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. Le canta por El mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que El es. De entre las formas de oración vocal, la de alabanza es la más elevada. (cfr. NC #2639)
  • ORACION DE ENTREGA:
        Es una oración de entrega a la Voluntad de Dios, de abandono en Dios y en sus planes.
  • . ORACION EN LENGUAS:
        Aquélla en que no sabiendo nosotros orar como conviene, "el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables" (Rom.8,26). Es el Espíritu Santo orando en nosotros sin saber nosotros qué decimos. Es una gracia especial del Espíritu Santo, que San Pablo lista entre los Carismas.
  1. .2.2. ORACION MENTAL o MEDITACION:
         Dice el Catecismo de la Iglesia Católica que la MEDITACION es sobre todo una búsqueda, en la que la persona trata de comprender el por qué y cómo de la vida cristiana para responder a lo que el Señor le pide (cfr. #2705). En este tipo de oración contemplamos por medio de representaciones mentales y/o lecturas, algún pasaje de la Sagrada Escritura, , o alguna verdad de nuestra Fe, o alguna faceta o momento de la propia vida, para tratar de descubrir en la meditación la Voluntad de Dios para sí. Es un trabajo intelectual con el que se busca mover la voluntad hacia un mejoramiento espiritual.

         Dice Sta. Teresa de Jesús sobre este tipo de oración: "Llamo yo meditación al discurrir mucho con el entendimiento", y en cierta forma la contrapone a la contemplación. La aprueba sin mucho entusiasmo ("es admirable y muy meritoria oración"), pero para ella, la meditación es búsqueda, tanteo; la contemplación, hallazgo, posesión.
         Recomienda no convertir toda la oración en discurso: "Es bueno discurrir un rato ... pero que no se vaya todo el tiempo en esto ... porque la sustancia de la oración no está en pensar mucho, sino en amar mucho ... y amar es complacer a Dios en todo".
         Aconseja que "acallado el entendimiento" se dé paso al silencio amoroso, a la atención íntima, envolvente. Advierte que no es lo mismo "componer razones" (discurrir) que "hacer actos de alabanza a Dios", ni trabajar el entendimiento "sacando muchos conceptos" que prorrumpir en palabras interiores de la persona que las expresa ante el Amigo.
         Y recomienda "se esté allí con El, acallado el entendimiento. Si pudiere, ocuparle en que mire que le mira, y le acompañe, y hable, y pida, y se humille y regale con El". El paso a esta oración más sencilla en la que "no se discurre" y se silencia el entendimiento puede hacerse "cuando por sus secretos caminos parece que entendemos que nos oye Dios o se siente la presencia de Dios".

lunes, 25 de junio de 2012

COMO PASAR LA HORA SANTA....

Sugerencias para pasar la Hora Santa de adoración

Qué se debe hacer mientras se está en adoración Eucarística?
Ser conscientes de quién está delante de nosotros. Esto es lo esencial. Muchas veces en las capillas hay subsidios,.es decir ayudas para la meditación, libros de espiritualidad. En esto conviene recordar la recomendación de san Pedro Julián Eymard: el Señor aprecia mucho más nuestras pobres palabras y pensamientos que los mejores dichos o escritos por otros. Es importante acostumbrarse al silencio y establecer un diálogo con el Señor. Contarle lo que nos aqueja, interceder por las personas que han pedido oración o que a nosotros nos preocupan, pero, por sobre todo, contarle cuánto lo amamos. Él sabe de nuestras miserias y se lo podemos decir pero también que, pese a esas miserias, lo amamos. Pidamos que aumente nuestro amor, nuestra fe, nuestra esperanza, nuestra adoración. Hagamos luego silencio. Claro, no es fácil el silencio porque llevamos mucho rumor interior. Pero, a adorar se aprende adorando y el silencio interior en algún momento se logrará. Hay que dejarse amar y abrazar por el Señor en cada momento de adoración. Eso es entrar en su intimidad. Una recomendación también beneficiosa es leer algún pasaje del Evangelio, siendo conscientes que el Señor del cual habla el Evangelio está delante de nosotros. Nunca disociar la presencia del Señor en el Santísimo con la lectura que hagamos ni con el Rosario –que es otra de las cosas que se puede hacer durante la adoración- que recemos. Que no esté la persona por un lado con su oración y el Señor allá solo por el otro. Terminemos, recomienda también san Pedro Julián Eymard, con otro acto de amor.
Volviendo al Evangelio, es muy recomendable la Lectio Divina, que es orar con la Palabra de Dios. Para entender y de modo muy resumido, qué es, es tomar un pasaje, por ejemplo del Evangelio, que pueda ser escogido de antemano o bien el que salga, y ver qué dice ese pasaje usando inclusive la imaginación para situarse en el contexto del relato. Luego, ver qué me dice, qué resonancia hay en mí, qué eco tiene esa Palabra, qué me ha tocado del pasaje, en qué me siento interpelado, y, finalmente luego de rumiarlo viene lo que brota desde mi interior, es decir qué respondo yo en oración.
Por último, hay veces que nos sentimos muy cansados o muy contrariados por lo que nos ha tocado vivir, o que estamos particularmente probados. En esos casos o no se hace nada, simplemente se deja uno estar y que la presencia del Señor lo toque o bien se puede rezar con los salmos apropiados a la situación que se está viviendo.
(Ver consejos espirituales)